El equipo decoracional quiere seguir avanzando en las características básicas de los materiales cerámicos.
Uno de los elementos básicos en la elección de un modelo es su acabado rectificado o estándar.
Baldosa cerámica Sin rectificar - Baldosa cerámica Rectificada
La cerámica plana inicia su fabricación por un proceso de prensado sobre molde, conformando una pieza en crudo con bordes rectos.
Una vez decorada la pieza (ver Cerámica: sistemas de decoración), se procede al proceso de cocción en ciclos de temperatura próximos a los 1.100 grados. Como consecuencia de este proceso de cocción se generan tanto contracciones de volumen (pérdida de masa de agua), como curvaturas de la pieza.
La pieza cocida resultante tiene varios hitos:
- Es de menor dimensión que la pieza prensada en crudo
- Tiene curvatura aceptable (según norma y criterios de fabricante)
- Tiene unas variaciones dimensionales, limitadas por su clasificación en calibres
- Tiene los bordes curvados
Esta última característica responde a la de las piezas estándar de cerámica plana, que requieren para su colocación la disposición de juntas entre baldosas no menores a 2 mm. Esta junta permite absorber las pequeñas diferencias dimensionales de piezas de un mismo calibre.
Para responder a las exigencias de los proyectistas de juntas menores a 2 mm, buscando “solados sin juntas”, se iniciaron las fabricaciones de material rectificado.
¿En qué consiste el proceso de rectificado?
Se trata de un proceso de desbaste lateral de las piezas cerámicas, que le hacen perder ese borde curvo natural. Se hacen pasar las baldosas cerámicas por unas muelas que van "comiendo" el lateral de las piezas, hasta tener un canto recto.
El proceso final del rectificado es la aplicación de un pequeño desbaste inclinado en el borde de la superficie, a modo de bisel, que determine dos efectos:
- Evitar un borde cortante (peligro en la manipulación)
- Facilitar el rejuntado y colocación
Los materiales cerámicos rectificados permiten su colocación con juntas de 1,5 y hasta 1 mm. Aún así los instaladores y proyectistas persisten en la instalación sin junta. Sin embargo, hay que tener en cuenta varios inconvenientes frente a la colocación sin junta:
- La curvatura de las piezas queda sin disimular en colocación sin junta, produciendo “cejas” (pequeños desniveles entre las baldosas, siendo estéticamente desagradables)
- En alicatados o solados de amplia dimensión, la junta permite la dilatación de las piezas.
Otro elemento a considerar en la instalación de materiales cerámicos, especialmente rectificados, es la posibilidad de colocación trabada (no alineada) de las baldosas. Esta posibilidad suele estudiarse con formatos rectangulares.
En este caso es necesario tener en cuenta que todas las baldosas cerámicas tienen una leve curvatura, es decir, si las colocamos sobre una superficie plana están algo levantadas en el centro de la baldosa. El caso más desfavorable es la instalación trabada a ½, haciendo coincidir un extremo de una pieza con el centro de la contigua, haciendo más exagerada la curvatura de la pieza. La colocación con traba exagerada y, sin junta, genera los habituales problemas de “cejas”.
Por esta razón el equipo decoracional te recomienda la instalación trabada con un máximo de 1/3 de la pieza, siendo más recomendable 1/5 de la pieza.
Por esta razón el equipo decoracional te recomienda la instalación trabada con un máximo de 1/3 de la pieza, siendo más recomendable 1/5 de la pieza.
¿Es siempre necesaria la elección de modelos rectificados?
- En grandes formatos (longitud 100, 120 cm) siempre debe ser rectificado, evitando seguras diferencias dimensionales
- En formatos de 30x60, 60x60, o menores no es necesario el rectificado.
- En formatos de 30x60 o 60x60, de decoración digital (ver Cerámica personalizada: emotile vby Ceracasa) recomendamos el uso no rectificado.
Debemos considerar que el rectificado es un proceso añadido que genera:
- Un coste mayor de la cerámica
- Una instalación de mayor exigencia profesional
Esperamos que esta información decoracional os haya sido de utilidad.